Argentina será uno de los puntos estratégicos en los que los investigadores de distintos centros participarán de un ensayo en el que se someterá a prueba la efectividad de una inmunización contra el VIH. También serán parte del mismo investigadores de Estados Unidos, Europa, México, Brasil, Perú y África. Para las pruebas, Argentina cuenta con 600 voluntarios sanos, en principio varones de 18 a 35 años que tienen sexo con varones. Los voluntarios de todos los países suman en total 3800.
Se espera que durante el mes de junio se reciba la autorización de la Anmat para que empiece este ensayo clínico de fase tres en la Fundación Huésped y en otros centros del país que han sido validados internacionalmente, según declaraciones de Luis Pliego, director médico y regulatorio para el sur de América Latina de Janssen, la empresa de Johnson & Johnson que se constituye como la principal línea de financiamiento, junto con otras organizaciones como los principales Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.
En el desarrollo del producto, se contemplan varias fases, en las cuales se suministrarán al azar cuatro dosis de una vacuna preventiva e inyecciones de placebo en las semanas 0, 12, 24 y 48. Si todo marcha acorde a lo esperado, la expectativa es que la nueva vacuna brinde protección durante varios años, idealmente de por vida, aunque con la posibilidad de que se necesiten dosis de refuerzo administradas con cierta periodicidad, como lo ha testimoniado el Director de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped y Presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, Omar Sued.
El ensayo de inmunidad se prolongará durante cinco años para constatar que haya un sostenimiento de la misma a través del tiempo, es decir que los resultados aproximados se obtendrán recién en 2023. Es primordial ser cautos, ya que el virus muta rápidamente y es por eso que hasta el momento no se ha arribado a resultados muy esperanzadores en lo que al desarrollo de una vacuna se refiere. Desde los primeros brotes de la enfermedad han pasado cuatro décadas.
Una de las fórmulas estudiadas en Tailandia desde 2003 a 2006, que obtuvo sólo un 31% de eficacia global, fue el puntapié para continuar con una línea de investigación en la que los investigadores pudieron identificar las características de la respuesta inmune de los participantes que sí lograron quedar protegidos y la vacuna que ahora se ensaya, proviene de los hallazgos de esos estudios. Consiste en una cepa inocua del virus del resfrío común (adenovirus) que actúa como vector para entregar antígenos «mosaico» o fragmentos claves que se crearon por procedimientos bioinformáticos a partir de genes de diversas variantes del VIH. El refuerzo también incluye una proteína de la envoltura del virus (gp140). Estudios recientes en humanos y en monos mostraron una elevada tasa de respuesta inmune.
En caso de llegar a un resultado efectivo con esta gran apuesta para frenar la epidemia, la vacuna resultaría un hito en la salud pública global, además de que significaría una importante reducción de costos en tratamientos antirretrovirales, reduciendo también los efectos secundarios de los mismos y atenuando la estigmatización social que todavía conllevan.
Indetectable = Intransmisible. Qué es el VIH y cómo se detecta
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH o HIV, por su siglas en inglés) es un virus que afecta al sistema de defensas del organismo, llamado sistema inmunológico. Una vez debilitado por el VIH, el sistema de defensas permite la aparición de enfermedades. Esta etapa avanzada de la infección por VIH es la que se denomina Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (sida). Esto quiere decir que el sida es un conjunto de síntomas (síndrome) que aparece por una insuficiencia del sistema inmune (inmunodeficiencia) causada por un virus que se transmite de persona a persona (adquirida). Por eso, no toda persona con VIH tiene sida, pero sí toda persona que presenta un cuadro de sida, tiene VIH. Una persona con VIH no necesariamente desarrolla síntomas o enfermedades. Sin embargo, puede transmitirlo.
Desde el inicio de la epidemia, el VIH fue contraído por más de casi 60 millones de personas y ha producido más de 25 millones de muertes por SIDA, según datos recabados por ONUSIDA -constituido por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas-. En la Argentina se estima que el VIH afecta a 126 mil personas, según datos del ex Ministerio de Salud de la Nación, actual Secretaría.
El VIH no tiene síntomas. Por lo tanto, la única manera de saber si alguien contrajo el VIH es a través de un test. En Argentina, se calcula que el 30% de las personas que viven con VIH no saben que lo tienen, y el 98% se contagió a través de relaciones sexuales sin protección. El test de VIH es un análisis de sangre que detecta la presencia de anticuerpos al VIH. En nuestro país, seis de cada diez personas infectadas se atienden en el sistema público de salud.